Pedra da Moura Encantada: ¿laberinto o mito de la serpiente?


Los grabados de la Pedra da Moura Encantada fueron hallados hace más de un siglo e identificados como un laberinto tipo clásico, conocido erróneamente como cretense, siendo una época que se aleja cronológicamente del contexto gallego.

Antonio Costa, explica que su descubrimiento “supuso la entrada en la prehistoria gallega de una palabra y un concepto asociado a ella que hasta entonces estaban ausentes de las publicaciones de la época. Es cierto que apenas se estaban poniendo los cimientos de lo que serían los primeros estudios del arte rupestre gallego, y ello puede justificar los errores que se cometieron en su descripción e identificación».

Entonces, refiere que la equivocación al vincular el petroglifo gallego con una conexión mediterránea llevó desde el inicio cambiar el nombre del petroglifo, pasando a conocerse como “laberinto”.

Éste no descarta que dichas alteraciones pudiesen ser accidentales «pero conocido el rigor con el que se acercaban a las descripciones, esa posibilidad no aparenta muy verídica». Para identificar el petroglifo con un laberinto lo que hicieron fue manipular visualmente la figura y en los dibujos y las fotografías más antiguas se sobrepone sobre el grabado original un motivo en forma de cruz central que no existe en realidad en la roca.

«Hay una foto publicada en 1935 donde se ve que a la figura se le marcaron unos trazos negros por arriba para situar una cruz donde no la hay, el grabado en la roca no tiene ese trazo, así que había una intencionalidad: que se parezca a un laberinto clásico».

Antonio Costa, asegura que el “en el centro lo que hay no es una cruz sino una oquedad y lo que representa la piedra es una serpiente”, y que los trazos limitan el cuerpo de esta.

Considera que el petroglifo se relaciona en realidad con el mito de la «Moura Encantada», que se repite en varios puntos el occidente europeo, entre ellos Galicia. «Son lugares vinculados a la existencia de una moura, que no es una mora ni mucho menos sino un personaje mitológico que se transforma en serpiente que hay que desencantar con diferentes rituales, como llevándole ofrendas o sacando una flor que tiene en la boca».

Esther R.